Condenan a 123 años a pandillero de NJ por asesinato de bodeguero dominicano
NUEVA YORK._ Un pandillero de New Jersey fue condenado a 123 años de
cárcel por los asesinatos del bodeguero dominicano Miguel Antonio Torres
en el 2012 y de un empleado del Departamento de Sanidad en Newark.
El
dictamen de un juez de la Corte Superior contra James Olbert, de 19
años, es una de las sentencias más drásticas en la historia de ese
tribunal.
Olbert, quien tenía 16 años cuando mató a Torres,
pidió disculpas a la viuda del bodeguero dominicano y a los parientes
del empleado del Departamento de Sanidad en Newark, Wilfredo Campos,
pero luego de la condena salió sonriendo de la corte.
El juez
Martin G. Cronin le recriminó al pandillero por ambos crímenes y le
recordó que a partir de ahora estará fuera de las calles por el resto de
su vida.
La sentencia no permitirá al pandillero pedir libertad condicional nunca.
El
bodeguero dominicano Miguel Antonio Torres, tenía 37 años de edad,
estaba casado con la señora Teodora viuda Torres y tenía varios hijos e
hijas, entre ellos Clarisa Azcona, quien había criado desde niña.
El
pandillero ultimó a Torres durante un atraco que perpetró en la bodega
JNC en Newark, y que era propiedad de la víctima, junto a un cómplice
que ya fue condenado por el robo y homicidio.
“Hemos sufrido
bastante, yo y mis hijos caímos en una gran depresión y quería
exprimirlo con mis propias manos, porque es un dolor fuerte el que ese
asesino ha causado a nuestras vidas”, dijo la viuda luego de la condena.
El
pandillero comenzó su carrera criminal a los 14 años de edad, cuando
comenzó a robar carros, a usar drogas y artículos de valor.
Se le calificaba como uno de los pandilleros más peligrosos en Newark y era miembro de la ganga “The Bloods” (Los Sangrientos).
A
pesar de la dura sentencia, la fiscal auxiliar que representó al
Ministerio Público no estuvo de acuerdo y le dijo al juez que el
pandillero merecía varias cadenas perpetuas por sus crímenes.
Juan
Campos, hermano del empleado asesinado por Obert, dijo que “gracias a
Dios le aplicaron todo el peso de la ley. Eso era lo que nosotros
esperábamos, que le dieran lo máximo y nunca más saldrá a las calles”.