Los 2.000 afectados que esperan ayuda después de que un incendio los dejó sin casa en un barrio de Lima
“Ha sido un infierno”.
Así se lamentaba Demer Ramírez, uno de los 2.000 vecinos que se ha quedado sin hogar en Cantagallo, un barrio de la capital peruana, Lima, que la madrugada de este viernes fue devorado por las llamas.
“Ahora necesitamos alimentos, ropa y apoyo para los niños que se han quedado traumatizados por el incendio”, le dijo al diario peruano La República.
“Al menos logré salvar mis libros del colegio, porque si no lo hacía nadie me los iba a comprar y los necesito para mis estudios”, contaba por su parte Lesly Ramírez, otra de las afectadas.
El fuego empezó poco después de la medianoche del viernes en el mercado local, por motivos que se desconocen y que se están investigando.
Aunque una de las versiones entregada por los medios locales señala que se inició por una vela que se dejó encendida después de una reunión entre los puestos.
Sea como sea, las llamas se propagaron con gran rapidez debido a la presencia de material inflamable.
Los bomberos actuaron con prontitud y para las 6 de la mañana el fuego ya estaba controlado.
Sin embargo, ya había arrasado con todo a su paso en este barrio cercano al río Rímac y ocupado por la comunidad indígena shipibo-konibo.
Aunque no se reportaron víctimas mortales, según datos proporcionados por el alcalde de Rímac, Enrique Peramás, el fuego destruyó unas 280 casas.
Así, quedaron sin techo unas 480 familias, más de 2.000 vecinos.
Una comunidad necesitada
El subgerente de Defensa Civil de la Municipalidad de Lima, Mario Casaretto, anunció que serían trasladados momentáneamente a un albergue.
Y el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Edmer Trujillo, aseguró que los apoyará con el programa Techo Propio, una iniciativa que ayuda a familias con ingresos bajos a construir o mejorar su casa.
Los primeros shipibos se instalaron en Puente Piedra huyendo del terrorismo.
En el 2000 se les unieron otras familias que participaron de la Marcha de los Cuatro Suyos, contra el gobierno de Alberto Fujimori.
Pero allí vivían en condiciones insalubres y precarias debido al colapso del desagüe y a la falta de agua.
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Así que el 9 de abril de 2015, la comunidad realizó una protesta en los alrededores del palacio municipal exigiendo el proceso de reubicación.
Pero esto quedó en suspenso en julio, cuando se canceló el proyecto Río Verde, que contemplaba la creación de 25 hectáreas de áreas verdes, así como la recuperación de la ribera del río Rímac.
Y ahora, tras el incendio, las familias afectadas siguen a la espera.