Diagnosticar y tratar mejor las infecciones fúngicas podría evitar un millón de muertes por sida en 2020
Las infecciones fúngicas provocan casi la mitad de las muertes por sida. Así lo detalla un estudio realizado por el Profesor David W. Denning de la Universidad de Manchester, titulado “Modelling reduction of AIDS deaths” y publicado en la revista científica ‘Philosophical Transactions of the Royal Society’. Basándose en los datos de 2013 en el que murieron 1,5 millones de personas por sida, el estudio estima que 700.000 (47%) fallecieron de alguna de las cuatro infecciones fúngicas más frecuentes y 360.000 (24%) lo hicieron por coinfección con tuberculosis. Además, los datos estiman que la mejora del acceso al diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades podría evitar más de un millón de muertes en 2020. “El sida mata a demasiadas personas, la mayoría de ellos adultos en la plenitud de su vida. Nuestro análisis revela que diagnosticar y tratar las enfermedades fúngicas que complican la infección por VIH llevaría a disminuir la mortalidad por sida a corto plazo”, afirma el profesor David Denning en un comunicado.
El estudio se ciñe al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, que tiene como objetivo reducir la cifra de muertes en 2020 a menos de 500.000. Ante el incumplimiento de las exigencias internacionales, el Fondo de Acción Global para las infecciones Fúngicas (GAFFI por sus siglas en inglés) trata de hacer posible el acceso al diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades, con el fin último de reducir a nivel global el número de muertes por VIH. “Si se continua sin centrar esfuerzos en los pacientes con infección avanzada por VIH no se podrá alcanzar el objetivo de ONUSIDA”, afirma GAFFI en un comunicado. Aun así, el año 2015 cerró con un 41% menos de fallecimientos con respecto al 2010: se pasó de 1,76 millones a 1,1 millones.
La desigualdad entre los países merma el progreso de lucha contra la enfermedad del sida y las infecciones que engordan la cifra de muertes por esta causa. “Estas infecciones se diagnostican y se tratan en el mundo desarrollado y una vez que el paciente sobrevive al episodio de infección, recibe tratamiento antirretroviral y recupera su inmunidad, hace una vida normal. Eso no ocurre en países con bajo nivel de desarrollo, donde el acceso al diagnóstico y tratamiento de las infecciones fúngicas es inexistente”, ha afirmado a EL MUNDO Juan Luis Rodríguez Tudela, consejero de GAFFI, y profesor honorario de la universidad de Manchester. . “Más del 80% de los pacientes se salvarían si el diagnóstico y el tratamiento estuviera disponible globalmente”, ha subrayado.
Compromiso internacional, clave
Ante la ausencia de programas globales que busquen mejorar los mecanismos de diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades, la consecución del objetivo a cumplir en 2020 se hace casi inviable. “Resolver este problema debe ser objetivo de las instituciones internacionales como ONUSIDA, OMS o El Fondo Global para el sida, la malaria y la tuberculosis”, ha señalado Rodríguez Tudela. Además, hace especial hincapié en la necesidad de implicar a los gobiernos que, a su juicio, “igual que han desarrollado y financiado programas de diagnóstico y acceso al tratamiento del VIH y de la malaria, deberían hacer lo mismo con las infecciones fúngicas”.
Dado el deber de todos los países de mejorar la detección y tratamiento de estas infecciones, GAFFI se encuentra centrado en fijar la atención sobre la puesta en escena de la falta de medios para detectar y tratar estas enfermedades y definir, con exactitud, la contribución de las mismas a la morbilidad y mortalidad del VIH.