Uruguay es el primer campeón mundial
MONTEVIDEO — Uruguay cumplió los pronósticos y se consagró campeón
del primer Campeonato del Mundo tras derrotar a Argentina en la final
disputada en el estadio Centenario. A continuación, la crónica publicada
por el diario argentino La Nación el día lunes 31 de julio de 1930.
Montevideo
(De nuestros enviados especiales) – La concurrencia a la jornada final
del Campeonato del mundo no alcanzó los límites extraordinarios que
permitieron suponer ciertos antecedetes de fuente inobjetable y la
inusitada animación de las calles horas antes de la fijada para el
match.
Es que, a pesar de lo asegurado en
contrario, muchas entradas fueron a parar a manos de revendedores, que
exigieron por ellas precios elevadísimos, ajenos a las posibilidades de
las clases más modestas; y otras, ya colocadas, lo fueron entre
aficionados argentinos, que habiéndose propuesto ir al match tuvieron en
su contra las condiciones atmosféricas como determinantes del retraso
de las embarcaciones que los conducían a Montevideo.
De
todas maneras, sin estar colmado el estadio se llenó y para reflejar el
exaltado entusiasmo de que es capaz yna multitud no hacía falta en
verdad más gente.
BANDERAS OTRA VEZ
Las banderas, agitadas incansablemente por espectadores animosos, han
caracterizado las ruedas decisivas del torneo; no podían falta hoy,
cuando se iba a decidir la posesión del título máximo.
Las
hubo, y en notable cantidad, de todos los tamaños en los más variados
matices del mismo color. Tremolaron saludando a los equipos, festejando
las jugadas más brillantes, celebrando la conquista de los goles.
Prestaron,
en suma, a la brillante fiesta deportiva el cariz patriótico que se
cree necesario señalar en abono del mejor desempeño de los rivales,
cuando éstos visten los distintivos de países empeñados en idéntido afán
de superación.
Sin ellas es probable que la
sensación de ambiente hubiera resultado mucho menos acusada. Decimos es
probable y debemos afirmar: es seguro.
APARICIÓN TEMPRANA
No se dio a los espectadores margen para exteriorizar impaciencia: iban a
ser exactamente las 14.10cuando el equipo argentino hizo aparición por
la escalinata situada a la izquierda de la torre del homenaje.
Entonces
resultó bien evidente un detalle: que ya muchos habían advertido por
primera vez correspondía a nuestra representación ese vestuario y la
bandera que lo individualizaba quedaba en idéntica orientación con
respecto al centro de la tribuna olímpica.
Se
recordó que anteriores triunfos argentinos coincidieron con la
ubicación de la bandera en el sector opuesto y se interpretó el cambio
como de mal augurio: el resultado dio la razón a los cabalistas.
Esas
reflexiones no fueron obstáculo, desde luego, para que la aparición de
los argentinos fuera saludada con entusiastas aplausos, que se tornaron
en atronadora ovación cuando desde la otra escalinata de la referida
triubana descendió el equipo uruguayo casi enseguida. Banderas, hurras,
voces de aliento formaron un todo multiforme y vivido. Confundiéronse en
una misma emoción las graderías. Cada espectador recibió a sus
preferidos con el más cálido y espontáneo grito de estímulo.
Lo
que siguió fue atendido con curiosidad creciente: saludáronse ambos
teams frente a la torre, entregando los uruguayos un ramo de flores a
sus adversarios, cruzaron luego el field, lanzaron hurras hacia la
tribuna América, atendieron a los fotógrafos, practicaron brevemente en
los arcos y se alistaron por fin para dar comienzo a la lucha que
resumiría el esfuerzo de muchos días de preparación y voluntad mantenida
en largas horas de estrecho aislamiento.
PRIMER PERÍODO
En medio de una profunda expetación, el juez llamó a los equipos, que se
alistaron así: Argentina: J. Botasso; J. Della Torre y F. Paternoster;
J. Evaristo, L. Monti y A. Suárez; J. Peucelle, F. Varallo, G. Stábile,
M. Ferreira y M. Evaristo. Uruguay: H. Ballesteros; J. Nasazzi e L.
Mascheron; L. Andrade, L. Fernández y A. Gestido; F. Dorado, H. Scarone,
H. Castro, J. P. Cea y A. Iriarte.
Por haber
elegido valla el capitán uruguayo correspondió iniciar las acciones a
Stábile, quien con un pase corto puso en juego a Ferreira (…)
A
los cuatro minutos los uruguayos llevaron dos cargas serias por el
centro del field, pero Della Torre y Paternoster detuvieron el ataque.
Al pasar el juego al otro campo Fernández efectuó un quite violento
contra Varallo y de inmediato hizo víctima de un foul al insider, jugada
que el juez castigó. Ejecutó el puntapié Paternoster. Entrón en escena
Peucelle, quien eludió a Gestido, pero su centro fuerte y a media altura
fue interceptado por Nasazzi (…)
DORADO ANOTÓ EL PRIMER GOAL URUGUAYO
Habían pasado 12 minutos cuando los uruguayos volvieron a inquietar a la
zaga argentina. Cea hizo un pase a Scarone, que escapó a la vigilancia
de Monti. Como el insider se viera dificultado por Paternoster, cruzó
ligeramente la pelota a Dorado, quien sin titubear avanzó dos pasos,
aseguró la dirección y con un shot cruzado y bajo señaló el primer tanto
uruguayo.
Se observó inmediatamente una
notable reacción de los argentinos. Stábile fue quien primero sacudió a
la defensa local con una de sus características incursiones e
inmediatamente Varallo probó a Ballesteros con un poderoso tiro bajo que
el guardavalla uruguayo detuvo de gran forma, en el preciso momento en
que el juez penaba por offside a Evaristo.
El
juego había adquirido en esta parte del match un manifiesto equilibrio,
pues el ataque argentino actuaba con energía, especialmente el ala
derecha. A los 16 minutos Monti hizo un buen quite a Cea y puso la
pelota a los pies de Ferreira. Pero a cruzársela a Evaristo, la
tentativa se malogró, como la anterior, pues la pelota salió del campo
(…)
PEUCELLE OBTIENE EL EMPATE
Suárez recibió la pelota de Paternoster e hizo un pase adelantado a
Evaristo. El winger se lanzó hacia adelante, pudo eludir a Andrade e
hizo un centro preciso. Fernández no pudo retener la pelota y entonces
Varallo, con exacto sentido del momento, cruzó aquella a Peucelle. El
wnger, no obstante hallara a Gestido y Mascheroni sobre él, efectuó un
certero tiro cruzado que señaló el empate, acogido con ruidosos aplausos
por el diverso grupos de hinchas (…)
UN MAGNÍFICO GOAL DE STÁBILE
Transcurrían 36 minutos de juego cuando los uruguayos organizaron un
ataque por el centro del field. Castro avanzó velozmente, seguido por
Monti y Paternoster y ya sobre el área peligrosa argentina ensayó un
poderoso tiro que pegó en el travesaño, volviendo la pelota al centro
del field.
Hubo algunas incidencias sin
relieve y de inmediato Monti hizo un quito a Scarone y adelantó la
pelota a Ferreira. El insider la cruzó con prontitud a Stábile y el
pujante centre-forward se deslizó entre los zagueros uruguayos, los que
trataron en toda forma de pararlo en una acción estéril, pues el
delantero argentino despidió un fuerte shot que significó la segunda
caída de la valla uruguaya, cuando habían transcurrido 38 minutos.
Se
hizo fuerte el juego de los uruguayos a raíz de esta ventaja argentina.
Andrade cometió un foul contra Evaristo en momentos en que el wing
avanzaba (…)
Hubo un esfuerzo individual de
Stábile que Nasazzi cortó a tiempo y en momentos en que Fernández, por
dos veces, enviaba la pelota sobre la valla y otras tantas era devuelta
por la zaga argentina se vio a Evaristo alejar, esta vez
definitivamente, coincidiendo la jugada con el final del primer período.
SEGUNDO PERÍODO
En el descanso, la concurrencia bordó comentarios sobre la actuación de
los teams, características de juego y acciones más destacas. Algunos
sectores de las tribunas daban hurras al equipo argentino, más vigorosos
en la tribuna Olímpica, donde ondulaban los pañuelos. Más la emoción
que embargaba a toda la concurrencia del estadio, jubilosa la de los
argentinos, espectante la de los uruguayos, se interesó de pronto con la
aparición de los temas en las escalinatas que conducen al estadio. Poco
después se reanudó el partido.
Castro puso
en juego a Scarone, mas Monti intervino para terminar con ella. Mario
Evaristo tuvo oportunamente y se notó en una jugada eficaz de Juan
Evaristo, quien corrió hacia el medio de la cancha y se centro sobre la
valla fue alejado por Nasazzi. En las jugadas subsiguientes resultó
cierta ventaja para el team argentino, pues los pases cortos hechos por
los uruguayos fueron fácilmente interceptados por nuestra defensa (…)
EL EMPATE
La enorme concurrencia seguía con visible ansiedad las acciones
desarrolladas antes de cumplirse el cuarto de hora, porque, después de
la ligera superioridad ejercida en principio por los argentinos, el
juego fue equilibrado. Era más, mientras los forwards uruguayos
eslabonaban sus acciones, los halves y algún back se encontraron
descolocados, circunstancia que dio motivo a la caída de la valla
argentina a los 13 minutos.
Dorado y Scarone
se aproximaron al área peligrosa, para poner el último en juego por
entre los backs a Cea, quien se encontraba en una misma línea con los
zagueros. Este jugador se desprendió de ellos para alcanzar la pelota y,
a pocos pasos de la línea de goal obtuvo, con un shot a media altura,
el anhelado empate.
Una atronadora de
aplausos y un intenso griterío saludó la obtención del goal. Reanudado
inmediatamente el juego, los uruguayos realizaron diversos ataques que
contuvieron los defensores argentinos (…)
JUEGO BRUSCO DE LOS LOCALES
Como las jugadas continuaban cumpliéndose en las proximadades de la
valla uruguaya, los defensores en contacto con los forwards visitantes
les hicieron objeto varias veces de acciones ilícitas que no siempre
tuvieron la sanción severa que merecían. Peucelle evitó las peligrosas
estiradas de tres adversarios y Varallo, al correr detrás de la pelota,
en situación propicia, recibió un puntapié en el pecho que si
exteriormente no dejó señales, terminó con su acción eficaz hasta
entonces.
Pero quien debió soportar de forma
más visible del juego brusco fue Botasso. Así, al embolsar bien una
pelota enviada hacia su valla, sufrió una colisión violenta con Iriarte y
una vez en el suelo recibió algunos puntapiés de los forwards que
trataron de quitarle la pelota. En uno de esos entreveros quedó tendido
por cuya circunstancia se suspendió el juego y en otra debió dársele
masajes y vendarle un brazo. Después de esto pareció no estar ya en
buenas condiciones.
VENTAJA URUGUAYA
Estaban por cumplirse los 24 minutos de juego al ser de nuevo derrotada la valla de los visitantes.
Suárez
continuaba alimentando convenientemente a los forwards de su team y
colocó varios centros altos, uno de los cuales ofreció a Mascheroni la
oportunidad de realizar un fuerte rechazo que alcanzó Cea, quien puso en
juego a Iriarte y éste después de correr un trecho junto a la línea de
toque colocó un shot que dio con la pelota en la red, a pesar del
esfuerzo de Botasso, quien se arrojó para alcanzarla.
Después
del tanto los forwards argentinos dispusieron varios avances a fondo.
Los dos backs intervinieron al mismo tiempo para anular a los centrales,
cuyos avances vieron de pronto interrumpidos, pero Fernández fue
obligado ante la acción peligrosa de Stábile a conceder un corner que
hizo efectivo Peucelle, cuyo shot originó un entrevero frente a la
valla, donde Stábile y Ferreira intentaron tirar al arco sin alcanzar
éxito (…)
SERIO PELIGRO PARA LA VALLA URUGUAYA
De las jugadas que los delanteros argentinos realizaron luego, derivó un
momento peligrosísimo para la valla local. Con justeza. que produjo muy
buena impresión, Ferreira mediante un dribling corto pero seguro,
eludió las dos intervenciones que Fernández y Andrade intentaron
arrojándose a sus pies; luego, al notar la proximidad de los backs puso
en juego a Varallo, quien arregló su situación para tirar alto de
inmediato, pero la pelota pegó en uno de los postes, junto al travesaño.
Pero si esa situación fue despejada por obra de la casualidad,
inmediatamente se creó otra también grave, anulada por una viveza de
Nasazzi; el back demorado en su acción fue despejado por Stábile, quien a
su vez trató de dirigirse hacia la valla, después de haberlo despojado
de la pelota, pero Nasazzi lo tomó de la camiseta para impedir luego su
corrida abrazándolo, mientras lo hacía caer al suelo; el forward se
levantó rápidamente para entrar nuevamente en posesión de la pelota, en
cuyo momento Nsazzi incurrió en un foul violento, por actitud entonces
se lo castigó. Mario Evaristo hizo efectiva la sanción con un shot
directo al arco, pero la valla uruguaya no corrió peligro (…)
ÚLTIMO GOAL
El desarrollo del juego, favorable en los minutos finales a los
argentinos, hizo pensar que de no alcanzar éstos el empate, las
posiciones se mantendrían sin alterar. Pero las perspectivas de una
nueva ventaja uruguaya hubieran resultado aventuradas y sólo los muy
entusiasmads hubieran sido capaces de admitirlo.
Por
eso sorprendió su obtención a los 44 minutos. Luego de un rechazo de
los defensores del team, Dorado recibió la pelota, para correr por su
wing bastante trecho, hasta que le pareció conveniente colocar un centro
ceñido, que sorprendió a los backs argentinos fuera de colocación.
Castro alcanzó la pelota y obtuvo de un cabezazo el último tanto. Las
brevísimas jugadas siguientes no produjeron situaciones de peligro.
Finalizó, pues, el partido con el resultado Uruguay 4, Argentina 2.