Un rayo alcanzó el avión donde iba selección española minutos antes de aterrizar

Madrid, 24 jun (EFE).- La selección española
completó su viaje más triste, el de vuelta a casa tras la temprana
eliminación del Mundial 2014, en un vuelta de once horas y media con
escala para repostar en Gran Canaria, que tuvo el susto final por un
rayo que alcanzó al avión en Madrid minutos antes de aterrizar.
Con Ángel María Villar, presidente de la Real
Federación Española de Fútbol (RFEF), y Miguel Cardenal, secretario de
Estado para el Deporte (CSD), comandando la expedición, España regresó a
casa tras cerrar con dignidad su participación en Brasil, con una
victoria ante Australia en Curitiba (3-0).
En la expedición faltaron tres de los 23
futbolistas a los que convocó para la cita el seleccionador español
Vicente del Bosque. Fueron Gerard Piqué, Cesc Fábregas y Diego Costa,
que optaron por quedarse en Brasil y no regresar a Madrid. Su salida del
Arena de Baixada no fue la más adecuada tras el fracaso de España.
Vestidos de calle, sin parar a hablar y con prisas por abordar un coche
que les sacase de allí.
Al final de la aventura de la selección española
en el Mundial 2014 le faltó elegancia. Gran parte de culpa la tuvo
también Jordi Alba, que amenazó a un periodista mientras abandonaba la
zona mixta a toda velocidad. “A la próxima te arranco la cabeza”, fueron
sus palabras. Un par de horas después, ya en el avión, su
comportamiento se agravó con insultos en la zona business cuando la
prensa la atravesó con los jugadores ya sentados, para tomar asiento.
Cuando fue preguntado por las razones de su enfado
respondió con insultos y unas recriminaciones a las que se sumó Sergio
Busquets. Fue Sergio Ramos quien tuvo que intermediar y pedir calma.
Todo ocurrió ante la mirada del seleccionador Vicente del Bosque y con
Villar a escasos metros.
Poco después de su llegada a España, Jordi Alba se
disculparía por medio de un tuit: “Si ha habido algún momento de
tensión no deseado, pido disculpas por ello”, escribió en su cuenta.
En ese ambiente despegó el vuelo de Curitiba con
45 minutos de retraso por la carga de material. El vuelo de vuelta
transportaba 204.000 kilos, lo que obligaba al Airbus-330 a hacer una
parada técnica en Las Palmas de Gran Canaria. La diferencia horaria la
aprovecharon los internacionales para dormir en sus cómodos sofás que se
hacían camas.
Ocho horas después del despegue, el vuelo IB2907
había completado los 7.050 kilómetros de distancia entre Curitiba y Las
Palmas, donde la parada prevista de dos horas se redujo a hora y quince
minutos. Una vez repostado, el vuelo volvió a despegar con cambio de
tripulación.
Las dos horas y medias finales se hicieron largas a
la expedición española que aún digiere la decepción de haber completado
el peor Mundial de la historia de la selección, eliminados a las
primeras de cambio en la defensa de su corona tras las derrotas ante
Holanda y Chile.
Cuando el avión ya iniciaba la aproximación a
tierra, ya en Madrid, un rayo iluminó todo y el comandante tranquilizó
con un mensaje que confirmó el impacto pero el buen estado del airbus.
Cinco minutos después y quince antes de lo
previsto el aparato tomó tierra sin ningún problema en la Terminal 4 del
aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas poco antes de las 12,00 horas y los
internacionales pusieron fin a su pesadilla.
Unos, como Xabi Alonso, David Villa, Fernando
Torres o César Azpilicueta, ya vestían de calle. La mayoría bajaron del
avión ataviados con el chándal oficial negro que España portó en el
Mundial.
Antes de iniciar sus vacaciones dieron la última
decepción al centenar de aficionados que se habían acercado al
aeropuerto. Los jugadores salieron en furgonetas por una zona diferente a
la de salidas. Fue el último capítulo de la historia de una decepción.
El momento en el que España se reencontró con la derrota y algunos no
supieron estar a la altura. EFE

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